Algunas personas nacen para dejar algo cuando
se van. Una obra, una idea, un descubriendo, una hazaña, una epopeya, un
triunfo, un camino o, simplemente, cosas… recuerdos… son elegidos para que
queden marcados por algo. No importa si saltan a la fama, si son de elite o
humildes y sencillos, si arrastran multitudes o solo un puñado de personas que
van detrás de él… lo importante es que dejaron algo en su camino.
Es el caso de nuestro queridísimo amigo José
Angel Massucco, quien lamentablemente nos dejó fisicamente el 7 de agosto del
2011.
Pero su paso por esta vida no fue en vano. Dejó
cosas. Dejó obras. Dejó enseñanzas. Dejó un legado que sus amigos tratarán de
seguir para su mensaje y sus hechos no queden en el olvido. José hizo mucho por
el Club Comunicaciones. A cambio de nada por supuesto… Bah, a cambio de ver
mejor a su club, una utopía por estos días y a la luz de la realidad de lo que
se está viviendo por Agronomía. Pero, a pesar de la lamentable situación
institucional, en Comunicaciones cambiaron muchas cosas con la llegada de José
por estos lugares.
Sus primeras apariciones en la tribuna que
ocupaba la gente de Comu en estadio donde jugaba “El Cartero” fue en 1986, con
Comunicaciones jugando en la reciente inaugurada Primera B Metropolitana. Armó
una barrita de jóvenes que, muy lejos de compararse con una barra brava,
alentaba a Comu en todas las canchas demostrando que el amor a los colores y el
aliento que iban mas allá de la paupérrima campaña deportiva que realizó el
equipo ese año.
Rápidamente fue convirtiéndose en “él personaje”
de la tranquila tribuna de Comunicaciones: por repartir unos volantes con la leyenda “Pobre
Cartero, le vendieron un buzón…” en referencia a la pobre campaña realizada
criticando a la dirigencia, jugadores, técnicos, etc… por intentar volcar a la
pacífica gente con cánticos en contra de los dirigentes pero al no tener eco
optó por callarse y sentarse.
Pero con el paso del tiempo su figura en la
tribuna fue muy positiva. Consolidó una hinchada que necesitaba un líder y que
comenzó a acompañar al equipo por todas las canchas. José, siempre al frente de
la misma, jamás incitó a la violencia o al descontrol. Eran otros tiempos, claro
está.
Entrada la década del ’90 José se fue alejando
de la hinchada para dedicarse a su otra gran pasión: el periodismo. La radio.
Esa magia que tienen las transmisiones deportivas despertó la vocación de José
y luego de recibirse de periodista deportivo comenzó a trabajar en varios
medios pero siempre tenía tiempo de venir a ver a Comunicaciones. Compartiendo
momentos de radio, trabajó con Pablo “Pata” Marino, otro gran tipo que deja su
vida por nuestro club y forjaron una gran amistad. Así, metido en el ambiente
del fútbol del Ascenso, José fue haciendo amigos por donde le tocase andar.
Conocía gente de cada club, cada medio, cada radio… Se casó y fue padre de
inmediato de una hermosa nena, hoy devenida en quinceañera, llamada Micol, a
quien supo traer y hasta permitirle hacer la voz del estadio durante un partido
siendo nota en los medios periodísticos. Desde este nuevo rol, José comenzó a
dar una mano en la subcomisión de fútbol desde donde pudiera ayudar. Comenzó a
hacer la Voz del Estadio por el ’95 y se mantuvo hasta el ’99 cuando por una
drástica decisión de la comisión directiva desvinculó a los miembros de la subcomisión
de Fútbol, quienes comenzaron a pedir más explicaciones sobre los manejos del
club anticipándose a lo que vendría poco tiempo después con la convocatoria de
acreedores y quiebra, y se fue junto con ellos en un gesto de solidaridad.
Trabajó juntos en la revista Ascenso y seguía a
Comu de local y visitante todos los sábados. A partir de 1998, con el equipo
jugando en la C, comenzó a asistir a las reuniones de la mesa de C en AFA e hizo
buenas amistades con varios dirigentes de la categoría. Fue positivo. Un
acierto de José, las RR.PP. con el resto de la divisional. Siempre decía,
“alguna vez, quien sabe, vamos a necesitar del apoyo de los colegas, hay que
ser solidario con todos y alguno lo será con vos cuando lo necesites” Sabías
palabras Massucco…
Estuvo al frente de las marchas en 1999 y 2000
solicitando la renuncia de la comisión directiva que nos llevó a la ruina.
Finalmente, con la quiebra consumada, era hora de replantear muchos temas. En
enero de 2001, con Comunicaciones debiendo 4 partidos suspendidos por la
quiebra, sin camisetas ni elementos para entrenar y con casi todos jugadores
juveniles ya que el equipo se desmanteló. José comenzó a reclutar gente de su confianza
para que le den una mano en ayudar en lo que sea. “No hay nada, nada. Asi no se puede volver a
jugar. Hay que dar una mano ya mismo”, eran sus palabras a quienes les pedía
que lo acompañen Al otro día ya estaba ayudando en el entrenamiento, junto a
Pancho Lescano y al Colo Leroy, en lo que se pudiera. Juntando dinero,
vendiendo rifas, colaborando en cada partido… A un par de semanas de iniciarse
la temporada 2001/2002, viendo como se producían algunos cambios en general con
respecto a la atención a la Prensa en los estadios, José le solicitó a Ezequiel
Segura hacerse cargo del área de Prensa. Ezequiel le dió la autorización e inmediatamente convocó gente
para el nuevo proyecto, un autentico desafío: inculcar al periodismo del
Ascenso a que pida acreditaciones en la semana vía mail, teléfono o fax,
acreditar periodistas, atenderlos con un servicio de lunch (alfajores y
gaseosas era lo que daba nuestro presupuesto) y confeccionar planillas e
información. Con este objetivo, con estas ganas y con esta convicción fundó el
Departamento de Prensa de la Subcomisión de Fútbol del Club Comunicaciones que
tuvo su debut nada más y nada menos que frente a su clásico rival General
Lamadrid un 21 de julio de 2001.
Comenzaron 4 personas con este proyecto. Al
tiempo, José fue incorporando a conocidos y allegados a los que él veía con, no
solo condiciones de hacer una buena labor, sino con las ganas necesarias para
dar una mano al Club a cambio de nada… o a cambio de todo, del reconocimiento
de los demás colegas que nos eligieron en varias oportunidades como ganadores
del premio “Mejor Atención a la Prensa”. Asi se fueron incorporando muchos
chicos que hoy siguen con este proyecto, como Mauro, Rodrigo, Jordana, Ariel,
Leonardo, Nicolás, Eduardo, Francisco, Nanu y que lograron muchos objetivos más
a lo largo del tiempo como, del propio bolsillo de José, comprar el equipo de
audio de la Voz del Estadio y donarlo al Club, colaborar en el mantenimiento
del estadio y hacer arreglos y construir las nuevas cabinas de prensa, un gran
logro sin dudas y que lo tuvo a Rodrigo al frente de las gestiones. Y también
es bueno recordar a los muchos que pasaron y aportaron lo suyo como el “Cholo”
Nicolás, Santiago, Emilce, Mariano, Darío, Alexis… algunos convocados en forma
directa por José, otros llegados por otras recomendaciones pero siempre con la
aprobación de José, a quien no le importaba su procedencia siempre y cuando
tenga disposición para colaborar.
Su gran pasión fue, sin dudas, la Voz del
Estadio. Un estilo muy particular, un simulacro de programa deportivo de radio
por los altoparlantes del estadio. Daba información de todos los deportes, en
especial el rugby y el basquet.
En los últimos años, tuvo una participación más
reducida por los compromisos laborales que tenía, sólo se dedicaba a hacer la
Voz cuando podía venir a Agronomía. Sus últimas novedades fueron pasar música
de Palito Ortega y dedicar los temas a amigos y allegados. Inconfundible
vestimenta de saco y corbata, aún en verano con 35° a las 15.30hs, limpiando
las cabinas, y con su walk-man escuchando los demás partidos para dar los resultados,
José se fue transformando en un símbolo de Comunicaciones.
Tipo querido y querible, párrafo aparte para
comentar sus reuniones. Esas reuniones, café, cerveza, pizza o cualquier comida
de por medio, que daba gusto compartir. Para hablar de fútbol, de rugby, de
basquet, de política, de la vida, de la amistad. Un tipo que a la hora de
organizar un evento no se olvidaba de ningún detalle por más mínimo que fuera.
Envidiable meticulosidad con sus cosas, detallista, observador. Su mensaje de
texto era infaltable ante un día especial: cumpleaños, día de la Madre, del
Padre, del Niño, Fiestas de Fin de Año, o cualquier otra circunstancia por la
uno estuviese atravesando, ya sea buena o mala. Siempre dispuesto a dar una
mano, a dar un consejo, a sufrir o a festejar con uno… Demasiada bondad en un
mundo que varias veces le dio fuertes cachetazos…
Su pérdida fue muy grande. Es un momento muy
delicado en la vida de nuestro club. Se fue un tipo que la luchó desde el
principio y que la salvación del club hubiese significado una inmensa alegría
para él. Su ausencia caló hondo en su grupo, el departamento de Prensa, su
creación.
No habrá otro igual. Sus amigos, compañeros de
trabajo, conocidos del periodismo y del Ascenso se lo hicieron saber en el
momento de su despedida. Las últimas imágenes mostraban sus pasiones por las
que tanto sufrió y se alegró: un escudo de Argentinos Juniors y la camiseta de
Comunicaciones. Te fuiste muy pronto José pero sabemos que nos ayudarás para
intentar salvar el club aún casi desde el abismo mismo. Gracias José Massucco
por todo lo que nos dejaste, lo que nos enseñaste, el grupo que formaste, los
amigos que quedaron gracias a esto… inconmensurable aporte. Gracias por todo.
Tomamos mas que nunca la frase con la que cerraba cada transmisión de la Voz
del Estadio: “Y no se olviden, de Comunicaciones, la Leyenda y el Orgullo de
Agronomía”… y nos permitimos cambiarla por
“Imposible olvidarte José Massucco, la Leyenda y el Orgullo de Agronomía, del
Club Comunicaciones carajo!!!”